¡SALUDOS! Soy una mujer de 51 años que, entre ser esposa, madre de dos y profesional de lunes a viernes, aún encuentra un huequillo para apreciar las pequeñas cosas de la vida y lanzarse a nuevas aventuras.

Si tuviera que describir mi nivel de actividad, estaría en un punto medio entre «sofá y manta» y «maratonista». En mis años jóvenes, la naturaleza y el deporte eran mis aliados. Pero la maternidad y el trabajo hicieron que mi relación con el ejercicio fuera… digamos, «complicada», y he conseguido estos últimos años mantenerme en forma “dignamente”.

INTENTÉ con el gimnasio, y me volví una experta en la gama de clases «body»: bodycombat, bodypump, bodybalance. Pero los horarios estrictos y yo somos como agua y aceite. Mi asistencia era tan impredecible como el clima en Islandia.

Dí una oportunidad al pilates, pero en ese entonces, si no terminaba empapada en sudor, sentía que no valía. Así que volvía a mis queridas clases «body», aunque rápidamente volvía a caer en las garras de la pereza. A pesar de todo, caminar siempre ha sido mi terapia y nunca he dejado de disfrutarlo. Y ahora que mi mentalidad ha cambiado, os puedo decir, que el “pilates” es fantástico.

EN CUANTO A LA COMIDA, siempre he sido una fan de la buena alimentación, de comer sano: verduras, legumbres, fruta, carne y pescado, lo normal. Pero, últimamente, mi plato parecía más el de un jugador de rugby que el de una mujer de mi edad. Pero, ¡buenas noticias! He recuperado el control y vuelto al camino de las raciones sensatas.

¿Qué me está pasando?

2020, ese año de confinamiento y videollamadas, me trajo más sorpresas que aprender a hacer pan casero. Inicialmente, culpé de los cambios a esa vida de pantuflas y sofá que llevábamos (gracias, confinamiento, ERTE y teletrabajo), pero la verdad es que estaba en pleno concierto hormonal.

 Además de los retos que nos trajo la pandemia, descubrí que tenía el «bono extra» de adaptarme al inicio de mi menopausia.

 En las siguientes páginas, te comparto no solo mi montaña rusa personal sino también información valiosa. Porque, SPOILER ALERT: esta será la etapa más larga de nuestras vidas, ¡así que mejor vivirla a lo grande!

 Nuestra misión, si decidimos aceptarla, es reconocer que la menopausia no es una opción en el menú, sino un plato principal. Así que, ¿por qué no hacerlo sabroso? Ejercicio, buena comida y mucha, pero mucha actitud nos permitirá seguir sumando años con ENERGÍA.

 

¡Tabú, tabú.

AL ESCUCHAR a mi ginecóloga soltar la frase, «estás en menopausia TOTAL», no pude evitar pensar, «¿Ya? ¿En serio?». Así que, como buena internauta del siglo XXI, me sumergí en las redes para saciar mi sed de saber sobre el tema. Y vaya sorpresa, descubrí que la menopausia era algo “TABÚ”.

 Es cierto, NADIE habla de la menopausia. La verdad es que hasta que no la tienes encima, pasas de ella, ni te informas, ni te planteas conocer mejor esta etapa para estar preparada, simplemente la pasas por alto, la ignoras….(o por lo menos yo lo hice).

 DESDE PEQUEÑAS, estudiamos en primaria y luego en secundaria sobre el aparato reproductor femenino, sus órganos, sus funciones, sobre la menstruación, el parto, etc. La primera regla es como el estreno de una película taquillera: todos saben que viene, hay expectativas, y aunque no sepas qué esperar exactamente, sabes que es importante.

 POR PURA NOSTALGIA, decidí husmear en los libros de texto de mis hijos que guardaba, esperando algún guiño sobre la menopausia… pero ¡nada! Ni una mención. Parece que después de la adolescencia, el sistema reproductor femenino se jubila sin más.

 Entonces, ¿por qué no le damos a la menopausia el reconocimiento que merece desde las aulas? Después de todo, es otra etapa natural, ¡y merece su propio episodio en la serie de la vida!

     ¿Por qué nos avergonzamos?

 

¡PARECE QUE es un secreto mejor guardado que la receta de la Coca-Cola! Nadie habla de ello y cuando sale a relucir, sientes que has abierto una caja de Pandora: todo tipo de prejuicios, supersticiones y esa imagen caricaturesca de la vieja gruñona con rulos, que honestamente, ¡están más fuera de lugar que un pingüino en el desierto!

 LA SOCIEDAD, con sus anuncios brillantes y campañas de belleza, insinúa que deberíamos ser eternas Afroditas. Pero vamos, ¿alguien tiene el mapa al manantial de la juventud? Porque si es así, ¡que lo comparta ya!

 Estas expectativas irreales hacen que muchas mujeres enfrenten este cambio al estilo ninja: en solitario y en modo sigiloso o en modo «espía secreta” buscando a ese alguien que realmente entienda.

 Nos cuesta encontrar la comprensión y empatía que necesitamos para vivir la Menopausia con naturalidad.

 ¡Seamos claros! TODAS LAS MUJERES del cosmos (y tal vez algún extraterrestre por ahí) experimentarán la menopausia. Y todas las personas, sí, ¡TODAS! en este universo y…más allá, compartirán su espacio con mujeres en esta fase. Entonces, ¿por qué actuar como si estuviéramos hablando del Área 51?

*(El Área 51 es una instalación militar altamente clasificada ubicada en EE.UU. Durante muchos años, ha sido objeto de numerosas teorías de conspiración, principalmente relacionadas con ovnis y extraterrestres. Debido al misterio que rodea al Área 51, se ha convertido en un símbolo de lo desconocido, lo enigmático y lo inalcanzable en la cultura popular.)

 

     ¡Hablemos sobre ello!

 

SI ERES como yo y te has unido al club de la menopausia, creo que es nuestro deber llevarlo con orgullo y hablarlo en voz alta. ¿Por qué susurrar sobre los sofocos, la sequedad vaginal, el aumento de peso o esos momentos de «¿por qué me emociono con la música de la sala de espera del dentista?»

De hecho, le he dado a mi marido una entrada de primera fila para el espectáculo de mis cambios. Aunque, para ser justa, no necesito decirle sobre mi irritabilidad. Él ya ha notado ese «pequeño» detalle por sí mismo.

Y SÍ, mis amigas están al tanto. Y mis padres también. Mi padre puso cara de “Mi pequeña ha crecido” y mi madre compartió sus propias historias de la menopausia, algo que, admito, nunca antes le había preguntado. Supongo que, como muchos, yo también jugué al escondite con la menopausia hasta que decidió presentarse sin invitación.

A MENUDO, pongo el tema sobre la mesa en reuniones y encuentros, y es hilarante ver las primeras reacciones. ¡Algunas personas se ruborizan como adolescentes! ¡Otras lo hablan bajito! Pero a medida que avanza la charla, las historias fluyen y los secretos se comparten.

Y COMO DIRÍA nuestro querido capitán Jack Sparrow en Piratas del Caribe: «El problema no es el problema. El problema es tu actitud ante el problema». Una frase perfecta para este tema, aunque deberíamos recordar que la menopausia no es realmente un «problema». Es simplemente un nuevo capítulo, una nueva aventura que durará… bueno, ya sabes, un buen rato.

La actitud es el ingrediente principal en esta nueva etapa. ¡Y está en nuestras manos cómo sazonarla!

 

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